Recientemente, ha habido un creciente interés en el tema de la prohibición del ride-sharing en Japón. En general, esta prohibición se atribuye a los fuertes esfuerzos de cabildeo de la industria de los taxis, especialmente en su objetivo de evitar la desregulación de las licencias de Clase 2.
Además, existen restricciones que dificultan en la práctica que los extranjeros utilicen aplicaciones de ride-sharing, ya que se requiere un número de teléfono japonés. Como resultado, se producen situaciones en las que hay escasez de taxis, como en las horas nocturnas en el Aeropuerto de Haneda o en la Estación de Kyoto, lo que impide que las personas puedan desplazarse.
Este problema se ve influido parcialmente por la sociedad japonesa que envejece. Muchos taxistas se ven obligados a retirarse, mientras que hay pocos nuevos ingresantes a la profesión, lo que agrava la escasez de conductores de taxis. Esto se debe, en parte, a la futura prevalencia anticipada de la tecnología de conducción autónoma, lo cual ha disminuido la motivación para obtener licencias de Clase 2.
Sin embargo, el gobierno ha mostrado reticencia para aliviar esta cuestión del ride-sharing. Parece que el gobierno está fuertemente influenciado por las actividades de cabildeo de la industria de los taxis y los sindicatos. Como resultado, hay una falta de medidas proactivas hacia la legalización del ride-sharing.
Por otro lado, hay iniciativas de nuevas empresas en Okinawa y otros lugares para sortear las regulaciones operando bajo la apariencia de "servicios de despacho de conductores" en lugar del ride-sharing tradicional, evitando así los requisitos de registro y regulación.
Además, desde una perspectiva de infraestructura de transporte, existen problemas adicionales, especialmente en destinos turísticos como Kyoto. Con calles estrechas y un desarrollo insuficiente de opciones de transporte público como autobuses y metros, hay escasez de taxis durante los períodos de mayor demanda. Para abordar este problema, se están considerando soluciones como la instalación de teleféricos urbanos y la utilización de infraestructura de transporte aéreo.
Dadas estas circunstancias, se puede decir que la infraestructura de transporte de Japón se encuentra en un punto de inflexión significativo. Como parte de esta transformación, la legalización del ride-sharing y la adopción generalizada de la tecnología de conducción autónoma se han convertido en prioridades urgentes.